Blog Mínima: Cuando no lo pareces

Cuando no lo pareces

El lenguaje nos fascina. Es un organismo vivo, muta, se amplía, pierde algunos de sus miembros porque caen en el olvido, sus normas varían... es algo sorprendente. Por eso, de vez en cuando surge una conversación, a veces absurda y otra no, sobre aspectos relacionados con el lenguaje. En esta ocasión ha llegado la arbitrariedad del lenguaje y sus consecuencias.

El lenguaje es mayoritariamente arbitrario, los nombres se asignan para denominar a objetos de forma completamente aleatoria salvo excepciones como las onomatopeyas. Hasta ahí todo bien, podemos asumir con normalidad que la palabra "mesa" tiene poco que ver con una mesa pero la denomina, el problema surge cuando una palabra tiene pinta de significar otra cosa. ¿Eso por qué nos sucede? ¿Qué neurona se ha ido de fiesta y nos hace pensar esa tontería? A veces pensamos que es porque una palabra se parece a otra que hemos aprendido con anterioridad, otras veces porque la extensión del término no se corresponde con el volumen de lo que designa... pero en realidad es un planteamiento absurdo que nos acompaña y del que no nos podemos librar.

Haciendo un pequeño sondeo nos hemos encontrado que casi todos pensamos que hay algún nombre que no se corresponde con el objeto al que se refiere. Nos han señalado que contubernio más que una alianza ilegítima parece un tubérculo exótico que un grupúsculo suena a un grano enorme que te sale en la adolescencia y que hay que cuidar para que no deje marca. Un asíndeton más que una omisión parece una arritmia cardíaca u otro tipo de enfermedad coronaria, los palíndromos más que palabras o frases que se pueden leer de igual forma en ambos sentidos se intuyen como primos de nematodos y protozoos.














Este fenómeno es similar al de los nombres de personas y su aspecto físico, ese momento que nos ocurre cuando conocemos a alguien y pensamos no tienes cara de "Alfredo", ese nombre no te pega. Este planteamiento es ilógico pero irremediable, quizá es una imperfección de nuestra forma de percibir y como defecto genético seguro que te ha pasado.



Imagen extraída de: http://lenguayliteraturacreativa.blogspot.com.es/



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